De toda la gente que conozco a la que no les gusta el pescado, más de la mitad no suelen consumirlo con frecuencia no porque no les guste el sabor o la textura, sino porque no soportan pelearse con las espinas.
Me consta que muchos de ellos, niños incluidos, comen pescado felices si les llega al plato libre de espinas, así que...
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