Pocas veces uno puede con su trabajo enseñar algo de su vida. Normalmente uno está metido en una oficina con infinitas hojas de Excel, o en una consulta atendiendo el mal ajeno. Pero qué suerte escribir para poder contar algo que al final forma parte de mi día a día. Y qué suerte la del cocinero diestro que...
Si te gusto esta noticia puede que te interesen estas..