Que sería del verano sin los polos, helados y demás delicias frías o congeladas"Reconozco y confieso que me encantan los polos de hielo. Desde bien pequeña, los compraba en la tienda de mi barrio, a escondidas de mi padre.Dicen los entendidos que los episodios vividos a lo largo de nuestra infancia, quedan grabados a fuego en lo más recó...
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